Arroyo: “Los jugadores son como mis hijos y es una alegría muy grande ver que han cumplido su sueño”

Carlos Arroyo es otra de las leyendas del Valencia CF. Durante doce temporadas rindió al máximo nivel en el primer equipo de Mestalla, ha vivido una época difícil con el triste descenso a Segunda División y otra posterior, mucho más positiva, con el deseado ascenso a Primera División, el regreso del equipo a las primeras posiciones de la Liga y, sobre todo, con la vuelta a las competiciones europeas. Ahora es el delegado del VCF Mestalla, una figura muy querida entre la plantilla blanquinegra, y este martes habló para los micrófonos de VCF Media Radio.

Arroyo defendió el escudo del murciélago en casi 500 partidos entre oficiales y amistosos en los que marcó 79 goles, algunos muy importantes para la historia centenaria blanquinegra. No ganó títulos, pero se quedó a las puertas del título de Copa del Rey en la temporada 1993-94 y fue subcampeón de Liga en dos ocasiones 1989-90 y 1995-96. Toda una vida de blanquinegro.

- Durante muchos años fue jugador del Valencia CF, ahora es el delegado del filial. ¿Cuál es su función?  

Es mi tercer año como delegado, aunque ya había ejercido esa función en otros momentos cuando no era tan profesional como ahora el filial. Cuando era segundo entrenador de juveniles o de cadetes sí que, en algunos momentos, ya había ejercido de delegado. Ahora estoy muy a gusto, me gusta lo que hago. Atravieso un momento bueno en cuanto a trabajo y felicidad. Mi función principal es ser el representante del club en los días de competición. Estar con los árbitros, cumplir todas las normativas y protocolos federativos antes del partido: como presentar las licencias, tema de sanciones, protocolos de seguridad, que las equipaciones sean las correctas. También hago función de delegado de campo en casa. Durante el partido mi función es controlar amonestaciones para comunicárselas al entrenador, los cambios que pueda haber, estar pendientes de cualquier cosa que me pida el árbitro... Cuando acaba el encuentro hay que revisar el acta y ver si existe alguna incidencia para, después, poder recurrirla. Y luego despedir a los árbitros.

Todo pasa por ti y tienes que intentar llegar a todo. Durante la semana soy el nexo de unión de los jugadores con el cuerpo técnico, si hay cualquier cosa que hay que comunicar, de temas del equipo, de empleados, de logística, riego de campos, organización, planificación de horarios... Luego también coordinar los viajes, el desplazamiento con las necesidades que tenga el equipo y tener cubiertas las expectativas, y la gestión de entradas para los chavales y rivales. Me piden entradas de otro tipo de sectores de la Academia, de gente que viene de fuera, ojeadores, y tienes que coordinar los temas con seguridad para que se cumplan todos los protocolos.

El VCF Mestalla, al final, es una familia ¿verdad?

Sí. Al final compartes muchas horas con todos, hay que ser profesional y también persona y ayudar en lo que pueda. Es clave crear ese ambiente bueno para que rindan lo mejor posible. Muchas veces discutimos, nos reconciliamos, pero todo para que las cosas salgan bien. Lo importante es el trabajo de campo de los entrenadores para su progresión y formación en la Academia VCF para llegar arriba. Yo trato de molestar lo menos posible. Lo que sí que quiero es que lo que haya alrededor esté controlado para que no falle nada. Los jugadores tienen un poco menos de miedo de decirme las cosas a mí si tienen alguna duda o problema para ver si se las puedo solucionar, incluso personal. Intento siempre ayudar sin saltarme ningún escalafón que pueda perjudicar al cuerpo técnico. Mi objetivo es ayudarles darles buenos consejos. Hay mucha gente joven, otros que vienen de fuera, o de aquí, pero están en ese proceso de maduración, por lo que uno trata de darles cariño para que se sientan a gusto y puedan cumplir su sueño.

- Habrá visto muchos jugadores triunfar. ¿Qué se siente al verlos en la elite cuando los ha visto desde muy pequeños?

Se disfruta y te alegras mucho de que, al final, el trabajo y las dificultades que pasan las superen y puedan llegar a cumplir su sueño. He visto muchísimos jugadores, desde mi etapa de entrenador y alguno está ya en el primer equipo ahora como el último que es Hugo Guillamón, que lo tuve en cadete. Son como mis hijos. Los he visto crecer. Es una alegría muy grande verlos que se codean con los mejores y que han cumplido su sueño. Es un orgullo haberles podido ayudar en todo para que puedan disfrutarlo ahora ahí arriba…  

- Ha sido entrenador de la Academia VCF de fútbol 8, entrenador de un equipo cadete y juvenil, muchos años segundo entrenador, ojeador incluso y desde la temporada 2017-18 es el delegado del VCF Mestalla. ¿Cómo ha sido cada etapa?

He tenido la suerte de vivir estas experiencias que, además, son un lujo para mí poder seguir trabajando en la que considero que es mi casa, y en trabajos distintos. Me he sentido siempre muy querido, arropado y siempre me han dejado trabajar con total libertad. Empecé en una etapa anterior, en el llamado fútbol social…, era como un campus en aquella época, para que los chavales disfrutasen de las instalaciones de la Academia VCF y vivieran momentos bonitos. Fui entrenador de alevines y tuve a Robert Ibáñez, que está ahora en Osasuna. He estado con numerosos jugadores con los que he compartido mucho. Ya de segundo entrenador en juveniles, con distintos técnicos, me hizo mucha ilusión ganar el Campeonato de España, la Liga de Campeones en la final ante el Real Madrid, donde estaba Parejo. He visto pasar jugadores como Lillo, Guaita, Portu, Gayá, Isco, Alcácer, Salva Ruiz, Montoro, Timor, Roger, Carles Gil… muchos, con los que he disfrutado de tener y verlos progresar. Me siento un privilegiado de haber disfrutado de todos ellos.

- La Academia del Valencia CF es una de las mejores del mundo ¿verdad?

Tenemos una cantera cada vez mejor, con gente que la dirige mejor, que están muy capacitados, son muy profesionales, informados, muy preparados y que están convirtiendo a la Academia VCF como las más potentes de España y de fuera en estos momentos. Los números están ahí y se ve como cada año suben jugadores al primer equipo o van a otras Ligas y también triunfan. Se está haciendo un muy buen trabajo desde la Academia VCF y se debe seguir apostando como hasta ahora para que continúen dando sus frutos para el primer equipo.

- Ha sido una temporada rara y diferente por la epidemia en el filial.

Después de unos meses de incertidumbre porque no sabes qué iba a pasar, aún seguimos también con ciertas dudas por si puede haber una vuelta atrás. Por eso hay que tener cuidado, hay que ir tranquilos, dar los pasos correctos. Pero soy optimista, y se están dando los pasos adecuados, la Primera División está funcionando correctamente y creo que al final todos nos vamos a enganchar ahí. Y hay que ir pensando ya en preparar la temporada que viene, que no va a ser fácil, pero ahí están los técnicos y los directores de la Academia VCF para que funcione todo a la perfección.

Al final se acabó la temporada y el VCF Mestalla, pese a ocupar la zona baja, merecía estar mucho más arriba en la tabla. ¿Lo ve así?

Sí. Merecíamos estar más arriba, porque el equipo ha podido sumar muchos más puntos de los que al final han sido. Pienso que la temporada ha sido buena, porque hay jugadores que han participado en el primer equipo y que ya están participando de forma continua, que es el objetivo principal. Siempre digo que el ambiente que hemos tenido este año era difícil que lo tuvieran en otros equipos. Pese a que los resultados no eran buenos, nosotros y, eso hay que agradecer al cuerpo técnico su forma de manejarlo, siempre hemos tenido un buen ambiente. Estoy seguro de que si hubiera acabado la Liga nos hubiéramos salvado.

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